*******
INOCENTE ENCUENTRO
Eran
las 18.10 de la tarde, entré en una cafetería y pedí ó un café calentito, aun
faltaban 10 minutos para que llegara la hora de encontrarme con Laura y Santi y
hacía tal frió q no había quien esperara en la calle. Laura me caía bien, no la
conocía en persona, pero siempre me había parecido un tía coherente y
luchadora. Habíamos quedado para ir a ver una exposición acerca de las mujeres
que lucharon durante la dictadura, o al menos eso creíamos. A Santi si le
conocía, ya nos habíamos visto en más ocasiones y además él también conocía a
Laura desde hacía algún tiempo.
Justo en hora la puerta se abrió, y apareció una mujer rubia, su cara transmitía dulzura, sonreía tímidamente, nos reconocimos enseguida, se sentó conmigo y compartimos un café, llamamos a Santi pero se acababa de despertar y tardaría un rato, así que quedamos en que cuando el estuviera con otros amigos que andaban por allí nos avisaría de donde nos esperaban.
Justo en hora la puerta se abrió, y apareció una mujer rubia, su cara transmitía dulzura, sonreía tímidamente, nos reconocimos enseguida, se sentó conmigo y compartimos un café, llamamos a Santi pero se acababa de despertar y tardaría un rato, así que quedamos en que cuando el estuviera con otros amigos que andaban por allí nos avisaría de donde nos esperaban.
Terminamos
el café y fuimos a la exposición, al entrar un canción sonaba de la pantalla
donde proyectaban un documental, era una canción que cantaban las niñas en el
cole durante la dictadura, ambas reconocimos la canción, las paredes estaban
llenas de fotos en blanco y negro, de recortes, un par de minutos después nos
dimos cuenta de que estaba basada en la liberación sexual de la mujer, en la
persecución de las primeras mujeres homosexuales, leyendo eso me vino un
pensamiento a la cabeza, si hubiera nacido en esa época habría sido lesbiana
seguro, aunque solo fuera por llevar la contraria.
En un
momento determinada a ambas nos lamo la atención al mismo tiempo y al ir a
avisar a la otra nuestras manos se encontraron y se acariciaron, sus ojos se
clavaron en los míos durante un segundo, apartamos la mirada y continuamos como
si no hubiese pasado nada, pero si había pasado.
Empecé
a fijarme en ella, era muy guapa, sus rasgos le otorgaban una ternura
excepcional., tenía unos ojos muy expresivos, azules como el mar, una nariz
pequeñita q le otorgaba un aire divertido, su piel era blanca como si de una
muñeca de porcelana se tratase y daba la sensación de q su piel era muy suave.
¿que me estaba pasando porque había cambiado su forma de mirarla?
Salimos
de la exposición y nos dirigimos al bar donde estaba el resto, la noche
trascurrió entre cervezas risas y copas, de vez en cuando nuestros ojos se encontraban,
pero apenas nos manteníamos las miradas.
Nos
echaron del ultimo bar xq iban a cerrar, al salir a la calle llovía, ¿donde
tomamos la ultima? dijo uno del grupo, era tarde los bares los estaban
cerrando, Laura propuso subir a su casa, estaba cerca y su compañero de piso no
estaba. A mi me apreció buena idea, el resto se fue dispersando, así que
nosotras que íbamos entre bebidas y fumadas subimos a su casa, en el ascensor
ella no dejaba de tararear la canción del documental, llevaba así toda la noche
y había conseguido pegármela...
Puso
un par de copas y me puse a liarme un poco de marihuana, ella puso música en el
ordenador y nos acomodamos en el sofá mientras charlábamos y reíamos, en un momento
dado fui al baño, me miré en el espejo, mis ojos estaban más pequeños de lo
normal y al enrojecidos, yo no podía quitar la sonrisa de la boca, cuando entre
de nuevo en el salón empezó a sonar la maldita canción de nuevo, Laura había
aprovechado mi ausencia para ponerla en el ordenador, empezamos a desfilar por
el salón cantando la canción y desfilando, como lo hacían en la película 13
rosas, las dos saltábamos, como si nos hubiéramos vuelto locas entre risas, la
canción llegó al final y el silencio se apoderó de la habitación, nosotras nos
paramos estábamos cerca mirándonos e inevitablemente nuestras caras se
acercaron, y nuestras bocas se unieron, mi mano acarició su nuca mientras
nuestras lenguas iniciaban un delicioso y tierno baile. Nos separamos y nos
miramos "ehhmm no se, yo nunca..." "yo tampoco me interrumpió
ella" nos sentamos de nuevo en el sofá, esta vez nuestras manos estaban
entrelazadas, volvimos a mirarnos y sin decir nada ambas entendimos que a pesar
de nunca haber estado con otra mujer nos íbamos a dejar llevar.
Nuestras
manos permanecía enlazadas, nuestras bocas se acercaron lentamente, las lenguas
se entrelazaron mientras nuestras manos iban descubriendo nuestros cuerpos, nuestras
lenguas jugaban mientras mis manos se colaban por debajo de su camiseta, mis
dedos acariciaban la tela de su sujetador, sentía como sus pezones se erizaban
al tacto de las yemas de mis dedos, mientras sus manos tiraron de mi camiseta,
las mías hicieron lo mismo, desabroché su sujetador mientras nos besábamos y
éste cayó al suelo, mi boca se bajó x su cuello, se fue deslizando hasta llegar
a su pezón, lo metí en mi boca lo lamí lo succioné, sentía como ella se
estremecía.
Se
levantó, agarró mi mano y me llevó hasta su cuarto, era un cuarto pequeño con
una cama y un escritorio, allí ambas de pie, terminamos de desnudarnos la una a
la otra, no había palabras, ambas estábamos envueltas en un velo de entre
timidez vergüenza, inexperiencia y excitación que preferíamos no materializar
en palabras, no había nada q decirse.
Nos
tumbamos en la cama, nuestras manos comenzaron a acariciarse, se hacían dueñas
de nuestros pechos, las caricias eran diferentes a las que estábamos
acostumbradas a recibir por parte de un hombre, la textura de las manos, la
presión ejercida por estas era distinta.
Tras
muchos minutos de besos y caricias llegó el momento de dar un paso más, mi
lengua paso de saborear sus pezones a embarcarse en una nueva aventura,
lentamente fue descendiendo hasta su ombligo, besando, lamiendo cada centímetro
de aquella piel blanca y suave, continúo bajando hasta perderse en ese pequeño
monte de venus bien depilado, con una fina línea de vello rubio, podía oler su
excitación, era extraño estaba a menos de un centímetro de sus labios, siempre
q imagine esa situación creí q podría resultarme desagradable, pero todo lo
contrario, me moria de ganas de lamer, succionar, penetrar y hacerla tocar el
cielo con las manos.
Mi
lengua recorrió desde sus labios hasta su clítoris notando como se abrían para
dejarla paso, mi lengua rozó su clítoris, ella se estremeció. Sentí como salía
de esa caperuza q lo cubría, pude sentir esa bolita entre mis labios, q
lentamente juagaban con ella, sus manos acariciaban mi pelo, y mantenían mi
cabeza frente a su sexo, no quería que me escapara por nada del mundo.
Un
dedo acompañó mi lengua y la penetró lentamente, descubrir por primera vez una
vagina q no es la tuya tiene su misterio, mis dedos la penetraban, mientras mi
lengua vibraba sobre su clítoris, mientras lo succionaba despacito para
continuar vibrando más fuerte después, sentía como sus piernas se tensaban, y
en ese momento volvía a bajar el ritmo, era genial reconocer cada gesto cada movimiento,
cada suspiro.
Mi
lengua recogió flujo de su vagina y lo llevo hasta su ano, mi lengua se ponía
dura para penetrarlo lentamente mientras dos dedos de la otra mano la
penetraban. Una vez sentí q su ano se relajaba, introduje lentamente un dedo,
permití que se acostumbrara a él, y volví a su clítoris, mi dedo penetraba su
ano mientras mi boca se adueñaba de esa pequeña bolita, la succionaba y movía
mi lengua sobre ella, como quien saborea un dulce caramelo, su respiración cada
vez estaba más agitada, sabía que estaba a punto de llegar el momento por lo
que apreté mi cara contra su sexo, lamiendo succionando pero sobre todo
haciendo vibrar mi lengua sobre él, mientras sus gemidos inundaban toda la
habitación, sonaba a música celestial. su cuerpo se tensó y estallo en un gran
orgasmo, sentí como su flujo mojaba mi cara y pare de sus muslos, continúe muy
despacito mientras ella recuperada la respiración. subí de nuevo y la besé,
compartimos el sabor de su sexo, un beso tierno, dulce, interminable.
El
sueño la venció enseguida, a mi me costó algo más, había sido muy excitante,
ahora entendía porque siempre dicen q el sexo entre mujeres es mejor porque
sabemos lo que nos gusta, así había sido, poder recrear lo que te gusta sentir
para q otra mujer lo sienta. Pero al día siguiente habría q mirarse a los ojos
después de lo que había pasado, que no había sido más que un inocente
encuentro...
Simplemente genial. Dulce no se como lo has hecho, pero nos trasladas, nos embrigas con tus palabras, envidiando a las dos, en un océano de placeres...
ResponderEliminarBss
Hay relatos que tienen màs sensibilidad, más delicadeza y este requería de ello, me alegro de que lo hayas disfrutado, gracias
ResponderEliminar