miércoles, 21 de mayo de 2014

ME PERDONAS????

Hacía varios meses que no nos veíamos, el destino jugueteaba con nosotros y siempre pasaba algo, incluso una de las veces me molestó que no pudiera ser, y mi impulsividad me jugo una mala pasada, pero ya me conocía y por suerte nunca tomaba mis prontos en cuenta, le prometí que le compensaría cuando nos encontrásemos.

Cuando pasábamos tiempo sin vernos, cada día aumentaban las ganas de hacerlo, y se hacían más frecuentes los mensajes en los que nos acordábamos del otro y fantaseábamos.

Hasta que ya las ganas no podía crecer más, y quedamos en vernos unos días más tarde.

Le recogí en su trabajo, y mientras llegábamos para casa íbamos manteniendo conversaciones amenas, a las que ninguno de los dos prestábamos mucha atención, era vernos y desearnos, todo lo demás daba igual. Llegamos a casa y a pesar de haber cogido un par de cervezas, no nos dio tiempo a abrirlas, nuestros cuerpos sólo pensaban en poseerse...

Tras una tarde de sexo y de risas, nos pusimos a ver el fútbol juntos, era una relación genial porque había un deseo brutal, y cuando el deseo se tomaba un descanso éramos buenos amigos. Fueron cayendo más y más cervezas, y algún que otro canuto...ya habíamos descansado y mientras veíamos la segunda parte nuestras manos jugueteaban, sin pasar más allá de ese juego, yo tenía una sorpresa guardada e iba a esperar el momento adecuado para seguir, cuando faltaban 10 minutos para que el fútbol acabase me levanté, me acerqué a su oído y le dije, subo a la habitación, te espero allí sube cuando acabe el fútbol, pero... intentó decir él, shhhhh, besé sus labios y me subí, a la mitad de la escalera le miré y le dije líate uno y súbetelo.

Arriba yo lo había dejado todo preparado, saqué unas velas del cajón, las repartí por la habitación y las encendí, encendí un incienso,   me hice dos coletas que anude con dos pompones rosas, había dejado la ropa preparada, un body de encaje rosa con corazones, una corbata roja, unos calcetines blancos por encima de la rodilla, zapatos de tacón rojo y una falda de colegiala que yo misma me había tejido para la ocasión y que tan solo se ataba con un velcro.

Dispuse sobre el baúl todos los juguetes, esposas, pañuelo, una pequeña fusta, varios vibradores, y una caja de condones. Maquille mis ojos en negro, pinté mis labios de rojo,y puso un poco de colorete en mis pómulos, aunque tras las cervezas ya estaba algo sonrojada, me miré al espejo, dos velas lo alumbraban, me gustaba lo que veía, me acariciaba mientras sonreía, sabía que le iba a encantar, me excitaba el juego, me puse perfume mientras escuchaba el pitido del final del partido, mi corazón se aceleró, "puedo subir?? "gritó desde abajo, "sí, claro te espero aquí", me acerqué a la mesilla y le di al play a la lista que tenía seleccionada

https://www.youtube.com/watch?v=sFb3WlnCOxM

Apagué la luz de la escalera y le esperé en el centro de la habitación jugueteando con la corbata, apareció entre la penumbra, lo primero que vi fue su sonrisa y sus ojos muy abiertos, conocía esa sonrisa de excitación la había visto muchas veces, dejó el cenicero y el peta sobre un mueble, y se acercó a mi, yo le esperaba con cara de traviesa, las velas hacían formas en las paredes, como si bailasen al son de la música, y fue como si nos contagiasen, agarró mi cara con sus manos y me besó, mientras me susurraba un mmmmm cerca de mi boca, nos besábamos lentamente, nos movíamos por la habitación al ritmo de las notas, mis manos hicieron desaparecer lentamente su camiseta, mientras sus manos se colaban bajo la falda y me apretaban contra él, era una danza lenta sensual, nuestras manos acariciaban nuestros cuerpos, mientras las lenguas jugaban sobre la piel, subiendo por el cuello, bajando por el pecho, enredándose en los pezones, se podía oler la excitación en toda la sala, nuestras mentes iban más allá pero nuestros cuerpos habían decidido seguir disfrutando de ese momento.

Poco a poco, sin separarnos llegamos hasta la cama, se deshizo de los pantalones, se tumbó a los pies de la cama cerca del espejo, y estiró su mano para que fuera con él "ven aquí, chúpamela y mira como lo haces", debo reconocer que esas palabras me excitaron, me acerqué subí a la cama y me puse a su lado de rodillas, me puse frente al espejo y nuestras miradas se encontraron en él, sin dejar de mirar me acerqué para meterla en mi boca, sus ojos se entrecerraron, estaba muy excitado, la metí profundamente, hasta sentirla en mi garganta, miré al espejo, me gustaba lo que veía, sus manos jugueteaban por encima del encaje rosa, haciendo que poco a poco se humedeciera, sus dedos lo apartaban y me acariciaba, mientras mi mano masturbaba acompañado de mi boca, sabía perfectamente lo que le gustaba, y simplemente se lo daba, succionaba con firmeza la punta mientras mi mano giraba en la base de su polla, me retiré y le miré puse saliva en uno de mis dedos y comencé a acariciar su ano, repetí la operación un par e veces y mientras le penetraba con mi dedo índice, introduje su polla en mi boca, sus dedos me penetraban al mismo ritmo, ritmo que marcaba con su mano en mi nuca, de repente me paró, me agarró y me hizo subir hasta su cara, me besó firme pero con mucha ternura, dio un lametazo por todo mi cuerpo hasta llegar a mi oreja "quiero follarte" me dijo al oído.

Me tumbó, se puso un condón, se colocó entre mis tiernas, y tras besarme me penetró, sus manos estaban a ambos lados de mi cuerpo, movía sus caderas, acariciando cada rincón de mi vagina, sabía que eso me ponía a mil, mis piernas rodearon sus caderas, símbolo inequívoco de que quería más.

La penetración cada vez era más profunda y más dura, el sonido del cabecero al golpear contra la pared se apoderaba con la estancia y se fundía con mis gritos, sus ojos inspiraban lujuria, sus dientes mordían sus labios, como si tuviera que controlar su fuerza, su mano agarro mi mejillas, su voz firme y excitada me pregunto, "dime quieres ser mi puta??dime", "creí que ya lo era" contesté, sonrió al escuchar lo que quería oír, y comenzó a penetrarme salvajemente, su mano agarró mi cuello, y giro mi cara hacia el espejo, su mano hacía un poco de presión, una presión que me excitaba enormemente, le veía reflejado, veía como me penetraba, como su culo desnudo empujaba pareciendo que intentaba vengarse de mi,  sus manos agarraron mi pelo pegando su boca a la mía, mi mano agarraba el suyo mientras las uñas de la otra se clavaban en su espalda, ahogábamos los gemidos en la boca del otro, nuestros labios se atraparon, se mordieron para ahogar un grito producido por esa ola de placer que nos permitió compartir espasmos, nuestros cuerpos eran uno, y se sacudía salvajemente, entre gemidos, y gotas de sudor.

Los gemidos dieron paso a las sonrisas, los mordiscos a los besos, y así poco a poco y sin separarnos ni un centímetro fuimos recuperando el aliento, me encanta sentir como su polla va perdiendo firmeza y se deja abrazar por mi vagina.

Allí tumbados abrazos, fumando, mirando las estrellas por el ventanal, en la penumbra que nos otorgaban las velas, y mientras fumábamos "¿Bueno me has perdonado ya?",él se incorporó miró todos los juguetes que había encima y respondió "pichipicha", reímos mientras me abrazaba,  aún nos quedaba mucha noche por delante.