miércoles, 6 de febrero de 2013

ISLAD,S BAR (capítulo 5)


Había recibido la respuesta a sus mensajes poco después de enviarlos. Al parecer Adriana tenía cena aquella noche, algo que lo desilusionó un poco. Pero estaba convencido de que no tardaria en volver a verla. 
El día había pasado sin que apenas se diera cuenta, gracias en gran parte al constante goteo de gente que acudia al bar. Estuvo hablando de fútbol con una pareja de novios que se tomaron un par de infusiones en la barra, se sentó a fumar con dos chicas que se empeñaron en que se tomara un descanso para acompañarlas un ratito, e incluso se reencontró con un viejo conocido que pasaba por allí de casualidad. Estuvieron recordando viejas tiempos, habían compartido muchas noches de fiesta, muchos cubatas e incluso alguna mujer que se empeñó en tenerlos a los dos a la vez. 
A pesar de que Adriana le había dicho que aquella noche no podría pasarse por allí, Ektor había decidido vestirse como sí fuera a hacerlo. Sacó del armario aquellos pantalones de pata ancha que se ceñian a su culo, su camiseta de la suerte (aquella con tres calaveras unidas por una enredada que cubría toda la parte delantera) y una camisa a cuadros que se abrochó hasta algo más de la mitad para dejar a la vista una de las pequeñas calaveras. Dejó a su compañero de fiestas hablando con Blanca, que lo había cautivado con esa cara traviesa y aquella camiseta que se ceñia a su cuerpo resaltando su pecho y se fue al otro lado de la barra para echarle un ojo al resto del bar. La buscaba a ella, aunque no lo supiera, cuando la puerta de entrada se abrió.


Bajó del coche se acomodo una gorra de punto negro que llevaba en su cabeza, habian elegido unos vaqueros, un jersey de lana negro con escote y capucha, unas botas y la gorra. Tenia un nudo en el estomago,estaba a punto de entrar sin avisar, no sabia lonque se iba a encontrar, si se iba a alegrar, o si estaria ocupado, pero ya que estaba allí no podía darse la vuelta.

Con paso firme abrio la puerta y paso, nada mas entrar le vio a él en la barra mirando la puerta, como si no supiera que ella estaba a punto de entrar, se sonrieron y se acerco a la barra, el salió por un lateral para saludarla, puso su mano en la cinturon y la beso suavemente la mejilla, " te diría que pasaba por aqui, pero no va a colar no??"¿Me pones una cerveza??y te invito a una a ti si te apetece".

Abrio los botellines, se miraron, sonrieron y brindaron, al otro lado de la barra la camarera nonles quitaba ojo, y Adriana se dio cuenta. " oye ektor, llego en mal momento??la camarera y tu....estais juntos??perdona la pregunta pero es que no nos quita ojo, no quiero buscarte problemas" le dijo en viz bajita...

"Jajaja, yo diría que más concretamente no deja de mirarte a ti" Ektor sabía que también se había fijado en aquella carita de niña buena, ella misma le había comentada en varias ocasiones que siempre le provocaban mucho morbo esos jovencitos con cara de no haber roto un plato en su vida. Y al parecer tampoco podía resistirse a una mujer con esa cara. Sabía que Blanca había tenido algún que otro encuentro lesbico, ella misma se lo había contado con pelos y señales para provocarlo y hacer que se excitara aún más en algunos de sus encuentros. 
En ese mismo momento sonó su teléfono y le mostró la pantalla a Adriana. "veo que no tienes mal ojo, quién pudiera perderse por esas curvas" era lo que ponía en el mensaje de Blanca.
 "vaya ya veo, que manera de hacer el ridiculo, por un momento crei que erais pareja" dijo Adriana mientras miraba a Blanca y la sonreía, era muy guapa, y tenia un cuerdo precioso, vestía de una forma muy provocativa y eso hacía que todos los hombres del bar babearan cada vez que se movía por el local.

" dila a tu compañera que lo siento, pero que esta noche quiero ser solo tuya" le dijo al oído mientras le echaba el,humo de la primera calada del porro que se acaba de hacer. Ella nunca había tenido na experiencia lesbica, pero algo que nunca había descartado, a pesar de eso tenía claro que quería ser por y para ektor. No quería dejar pasar la oportunidad de ver donde le llevaba ese juego, hacia mucho que no sentía las cosas que le transmitía ese muchacho.

"tranquila, Blanca no es de las que se abalanzan, es mucho, mucho más sutil. Le gusta hacer que sea la otra persona quién desee abalanzarse sobre ella, y normalmente lo consigue" le dedicó una breve mirada antes de clavar sus ojos en los de Adriana. "¿así que quieres ser mía?" se reforzó en vestir sus labios con la mejor de sus sonrisas paras "hay que tener cuidado con lo que se desea" le dijo al tiempo que convertía su voz en un susurro y se inclinaba sobre su cuello mientras con una mano le quitaba el porro de la suya "se puede hacer realidad". La última frase se la susurro a su cuello, haciendo que notara en su piel el calor de su aliento. Se retiró y le dio una casada al porro.

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