lunes, 4 de febrero de 2013

ISLAND´S BAR (capítulo 3)


Leyó el mensaje y sonrió, la gustaba su forma de jugar, contestó a su mensaje con un "ya lo sabía, por eso te lo he dado" y una cara sonriente, nada más darle a enviar el móvil sonó de nuevo, era él de nuevo, esta vez intentando acorralarla un poco más...este ya era tan directo como la frase que pronunció antes de que llegara Manuel.
Llegados a ese punto, ya no había marcha atrás, "ah no??? y que más te gustaría usar?? en que esta pensando el chico de la sonrisa sugerente??" termino el mensaje con una imagen del beso de unos labios.
Las conversaciones con Manuel eran agradables pero su cabeza estaba en otro lado. Manuel dijo que si pedíamos la ultima que el tenia algo de prisa. Ella acepto y le pidió que la dejara ir ella a pedir. Mientras andaba hacia la barra escucho el Telf. sonar encima de la mesa, pero ya no se iba a dar la vuelta a por el.
"Ponme dos cervezas anda...solo quiero que sepas que después de esta cerveza nos vamos, Manuel tiene que irse y yo no tengo coche, a no ser que.... bueno da igual..eres tu el del mensaje??estoy ansiosa por leerlo." Cogió la cerveza y el refresco y camino firme y segura sintiéndose observada por el hombre que en esos momentos la estaba volviendo loca.

Enseguida se dio cuenta de que aquella mujer tenía algo especial, algo le decía que aquel juego no iba a ser tan sencillo como otros. Eso le encantaba. Enseguida supo que acompañarla a casa no era la mejor opción, prefería que aquello fuera una carrera de fondo y no un sprint. Aún así tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para decirle que le gustaría llevarla, pero aún le quedaban unas horas para salir de trabajar. Sí aquella excusa no la convenció su rostro no lo reflejó. Por un momento le pareció verla morderse el labio cuando regresó a la mesa y echó un vistazo a su móvil. "me gustaría usar mis fantasías para pervertir tus sueños". El mensaje no era tan sutil como los que acostumbraba a escribir, pero algo en aquellos ojos le decía que de mosquita muerta tenía más bien poco. Dos chicos se acercaron a pedir y se entretuvo charlando con ellos sobre Blanca. Ambos se habían fijado en su compañera y estaban muy interesados en conocer si tenía pareja.

Ella conocía el bar, sabia a que hora cerraba y era consciente de si le hubiera dicho que el la llevaba habría tenido que esperar, pero sabia que la historia tendría su momento, quizás la otra chica era su novia o no se podría entretener a la salida Por algún motivo. No importaba, tenia claro donde la iba a llevar ese juego tarde o temprano y el mensaje que tenia en su móvil se lo confirmo, un escalofrío recorrió toda su espalda, el juego apenas acaba de empezar y en realidad prefería alargar esos momentos que estaban resultando tan divertidos.

El mensaje la dio un subidón de adrenalina, tenia ganas de jugar de verdad, unos chicos se acercaron a la barra y al ver a Ektor ocupado, pensó en jugar su siguiente carta termino su cerveza su chaqueta. "vamos Manuel??"" no te vas a despedir?""no da igual". Salieron del bar sin que ektor se diera cuenta. El juego continuaba. Y seguramente su Telf. tardaría poco en sonar.


La charla con los chicos había sido de lo más entretenida, todos miraban a Blanca y cuando ella se daba cuenta se miraban entre ellos y se reían. En una ocasión se acercó hasta ellos para preguntarles por el motivo de tanta mirada y el le dijo que sólo disfrutaba del hermoso paisaje que ella les ofrecía. Blanca no pudo evitar sonrojarse, algo que a Ektor le encantaba provocar en una mujer. El resto de la tarde se esfumó entre risas, piropos e indirectas veladas que parecían entretener a Blanca y sorprender a los dos muchachos. Pero la cabeza de Ektor estaba ocupada en otros juegos.
Cuando volvió la mirada hacia la mesa descubrió que Adriana ya no estaba, tal vez su negativa a acompañarla le hubiese hecho creer que no estaba interesada en ella y por eso había decidido marcharse sin despedirse. Se disculpó con Blanca y sus dos nuevos pretendientes y se dirigió al almacén. Una vez allí sacó su móvil y buscó en la galería de fotos. Cuando encontró lo que buscaba se lo envió a Adriana con un mensaje que decía: "esta es una de esas fantasías con las que me gustaría pervertir tus sueños". En la foto aparecía una mujer desnuda, con los brazos abiertos y sujetos a la pared por encima de su cabeza con unos grilletes, y un hombre arrodillado entre sus piernas con la cabeza entre sus muslos.

Estaba subiendo las escaleras de su casa cuando el teléfono sonó, sonrió sintiéndose vencedora, el mensaje tenía un elemento adjunto por lo que no salía el texto en pantalla, así que no la quedó más remedio que entrar en la aplicación para verlo, la foto que le había remitido la sorprendió, era algo que no esperaba, no sería un loco y se estaba metiendo en la boca del lobo??? Pero ya era demasiado tarde para echarse atrás, la imagen el texto la noche, todo eso la envolvió en una tremenda excitación que no quería aliviar por ahora, a pesar de que él continuaba en línea y evidentemente iba a saber que ella había leído el mensaje, decidió no contestar, de eso modo se aseguraría que aunque acabase follando en el almacén con su compañera, que era evidente que se ponía por tirarse a su cuello, su cabeza pensaría en ella.

Pensando en él la venció el sueño, supongo que las cervezas y el alcohol también ayudaron, por la mañana nada más despertarse volvió a releer los mensajes que se habían intercambiado y le escribió otro, “disculpa mi huida de anoche, pero me moría de ganas de caer en los sueños de Morfeo para comprobar tus perversiones, aunque tengo que decir que he dormido como un bebe así que tendrás que volver a intentar colarte en ellos con mas éxito, feliz día”

Al momento escribió otro mensajes “Perdona había olvidado decirte que sales muy favorecido en las fotos, jajajajajaja”, ella reía por el simple hecho de pensar en la tontería que acaba de escribir, ese chico le gustaba, se moría de ganas de poder tenerle entre sus brazos, entre sus labios entre sus piernas.



aquella noche, una vez mas, soñó con aquella mujer con la que llevaba tiempo soñando, pero a diferencia de otras ocasiones esa noche aquella mujer tenia la cara de Adriana. Soñó con el bar, ella estaba con Manuel y el atendía a los clientes que se acercaban a la barra. Al igual que en la realidad los mensajes entre ambos eran continuos, pero antes de que se fuera el le había escrito: "te espero en cinco minutos en el baño de mujeres". Tardó seis en ir al baño, el tiempo justo para ver como Adriana se levantaba y se dirigía hacia allí. se deslizo detrás de ella y la empujó contra la pared al tiempo que atrancaba la puerta. había colocado el cartel de "averiado", lo que les concedía un mínimo de intimidad. Separó sus brazos contra los azulejos de la pared mientras su pie hacia lo propio con sus piernas. Le pareció escuchar un leve suspiro escapar de aquella apetecible boca, pero estaba demasiado entretenido lamiendo su cuello y mordisqueando el lóbulo de su oreja. Sabia tan dulce que por un momento pensó que no podría separar los labios de su piel. Pero lo hizo, se arrodillo detrás de ella, pasó un brazo entre las piernas y desabrochó su pantalón. La mano regresó a su culo y pasó los dedos por la cintura del pantalón para deslizarlo hasta el suelo. Hundió la cara entre sus nalgas y recorrió cada palmo de aquella piel que hasta entonces había permanecido oculta. Sabia aun mas dulce que su cuello y su lengua se aventuró mas allá, en dirección a sus muslos. Casi podía notar el calor que desprendía su sexo, su olor convertía su lengua en una exploradora que ansiaba descubrir nuevos tesoros. Y así lo hizo, primero a lametones cortos, suaves, dulces, hasta notar que las caderas de Adriana comenzaban a balancearse. Después mas profundos, mas intensos, mas constantes y rítmicos, hasta que la humedad de su boca se confundió con la de la entrepierna de ella. Cuando eso ocurrió se levantó, agarró sus caderas y la giró para probar su boca. Todo en ella sabia a fantasía y deseo. Se sentó sobre la tapa del retrete y cuando ella comenzaba a sentarse encima suyo se despertó. 

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