jueves, 24 de octubre de 2013

NOTAS MUSICALES QUE ME LLEVAN A TI

Las notas de un piano sonaban, caminé despacio en tu busca, sabía que no estabas bien, llevaba días preocupada por ti, por tu silencio, por tu ausencia, solías perderte pero esta vez era distinto. Alguien me dijo donde podía encontrarte y aún a sabiendas de que posiblemente rechazarías la visita de cualquiera, me aventuré a ir, tenía que intentar que volvieras.

La puerta estaba de espaldas al piano por lo que no me podías ver, fui sigilosa, del piano salía una triste melodía que entre sollozos cantabas en voz baja, como si solo cantaras para ti, una botella de ron medio vacía adornaba en su alto al piano negro, me acerqué sigilosa, hasta llegar a tu altura, mis manos acariciaron tu pelo, tan siquiera te diste la vuelta, acabaste la canción sin inmutarte, y yo permanecí allí inmóvil, no tenía ninguna prisa, pasaste tus pies por encima de la banqueta, me miraste por primera vez, no te sorprendió, tan solo apareció una leve sonrisa y me abrazaste por la cintura, tu cabeza reposó en mi pecho y continuaste llorando mientras mis manos acariciaban tu cabeza, como quien quiere consolar a un niño desolado. Era extraño siempre había podido sentir tu tristeza, algo nos había conectado desde el primer segundo, y en ese momento sentía como el dolor apretaba tu pecho.

Pasados unos minutos dejaste de llorar, me agaché para ponerme a tu altura, me acerqué y mi boca recogió tus lágrimas, olías a alcohol, estabas borracho, pero no importaba, lo importante solo era que estabas vivo, y que todo pasaría.

Tus manos agarraron mis mejillas y me atrajeron hasta tu boca, un beso profundo, como si quisieses perderte en mi, tus dedos levantaron mi vestido, hasta sacarlo por encima de mis brazos, dejándome con tan solo un pequeño tanga negro de encaje, acariciaste mi cuerpo firmemente, me cogiste en brazos y me sentaste sobre el piano, tus dedos firmes acariciaban mi cuerpo, el silencio era absoluto, tu lengua recorrió mi vientre, mis senos, mientras ni espalda se arqueaba y mis dedos jugaban con tu pelo, era una situación extraña, el aire estaba impregnado de tristeza, de melancolía, pero también de morbo y de deseo.

Desabrochaste tu pantalón dejando a la vista tu miembro erecto, y sin miramientos lo metiste hasta el fondo, fue tan dura la embestida que me hizo dar un respingo, mi espalda sentía la madera fría del piano, mientras que al mismo tiempo sentía tu miembro caliente clavarse en mis entrañas, como si de verdad quisieras desaparecer dentro de mi, tu mano agarraba mi cuello manteniéndome inmóvil, mientras tus dedos se paseaban por mi labios, y mi boca los atrapaba con ansia... tu otra mano apretaba fuertemente mis pechos, estabas fuera de ti, y yo había entrado en el mismo estado emocional, tras un breve espacio de tiempo penetrando duramente los gemidos comenzaban a aparecer en ambos, cada vez menos silenciosos, cada vez menos humanos y más animales, y cuando estabas a punto de explotar me incorporaste y me apretaste contra ti, tus brazos rodearon mi espalda, y tras dos nuevas embestidas, ambos sentimos el gozo del placer, sentí como te derramabas dentro de mi, sellando lo que siempre había sido a pesar de todo, nuestros labios se acercaron fundiéndose esta vez en un beso de ternura, de agradecimiento, de consuelo, mientras acariciabas mi pelo.


Me miraste a los ojos, una lágrima broto de ellos, abriste la boca para decir algo, yo dulcemente observaba tus ojos tristes y la dulzura de tu sonrisa, en ese momento me desperté, aún llegaban las notas del piano del salón que estaba justo debajo de mi habitación del hotel, supongo que su sonido me había envuelto en un ligero sueño y las notas siempre me traían una sensación dulce y a la vez amarga que me sabía a ti.

Me hubiera gustado no despertar y poder escuchar esas palabras, pero el destino es caprichoso y quiso dejarme con las ganas de oír tu voz.... y con las ganas seguiré, esperando a que llegue otro momento donde pueda escucharlas.

viernes, 18 de octubre de 2013

ME GUSTAN SUS SORPRESAS

Era jueves sobre las 6.30 de la tarde, hacía frío fuera, yo había puesto la chimenea, y estaba en el sofá mensajeándome con él, volvía de viaje, había currado en la capital y tenía que regresar, no conducía así que en sus viajes solíamos entretenernos contándonos nuestra vida o bromeando con cualquier tema, ese día estábamos nostálgicos como el tiempo, la ternura flotaba en el ambiente... un mensaje cambió el tono de la conversación "oye tu vives en torrejón no???""si por?" "pásame la dirección, ahora te cuento" (después me contaría que vio el cartel en la autovía y no podía irse sin besarme, que dejo a los compañeros seguir solos y que él se incorporaría al día siguiente).

Yo me quedé un poco fuera de juego, me puse algo de ropa, recogí lo que tenía encima de la mesa y el timbre sonó, "si??"" Abre soy yo", el corazón se me salía por la boca, no me lo podía creer. Abrí y me asomé a la escalera, nada más mirarnos se me fueron los nervios, dejé de temblar, llegó la calma, subía con sus vaqueros apretados y esa enorme sonrisa, yo debía de tener una cara de tonta... nos fundimos en un abrazo fuerte, largo, en un abrazo que decía muchas cosas, a ese abrazo le siguió un beso, un simple roce de labios muy divertido, para después pasar a casa. Sin soltarle de la mano, como si tuviera la sensación de que al girarme se iba a esfumar, le enseñé la casa, riendo con cada detalle, con cada historia de donde era cada adorno que decoraba las paredes...

Nos sentamos a tomar una cerveza y charlar, había mucha complicidad, muchos gestos de cariño, siempre me dio miedo equivocarme con lo que sentía pero teniéndole a mi lado tenía la certeza de que todo lo que habíamos sentido no era sólo ilusión era real...pedimos cena al chino y nos pareció que acabábamos de llamar cuando llegó...el tiempo con él siempre se había pasado volando...y esa noche no iba a ser diferente...cenamos mientras hablamos sobre los malos momentos que habíamos pasado, sobre los buenos, sobre los problemas que aún ambos teníamos, sobre los miedos de cada uno...

Y al terminar de cenar nos dispusimos a ver una película, nos acomodamos en el sofá y la peli comenzó, yo no la estaba haciendo mucho caso la verdad, pensaba en lo que sentía en que estaba ahí con él, que esa noche tan deseada por fin había llegado, estábamos en silencio, y lentamente nuestras manos se unieron, y comenzaron a acariciarse, nuestros ojos seguían en la película mientras nuestras dedos jugueteaban, provocando que mi piel se erizara,  giré mi cara para mirarle y el correspondió a esa mirada, lentamente y sin dejar de mirarnos, me acerqué, miré sus labios y los míos se acercaron, se acariciaron, esta vez no fue un beso furtivo,  se fue convirtiendo poco a poco en un beso profundo, intenso, donde nuestras lenguas calmaban esa sed que hacía tiempo sentían, nuestras manos nos apretaban contra el otro, como si quisiésemos ser uno sólo... Al separarnos un dulce sonrisa se nos dibujó a ambos, la cama y la paz pintaron la habitación, y la ternura podía olerse, abrazados continuamos viendo la película, las caricias ya no eran disimuladas y los besos tampoco, se sucedían cada vez que la película pasaba por un lado lento, lié un cigarrito y ambos lo compartimos, jugueteando echándonos el humo, que alternábamos con divertidos besos, para cuando lo terminamos ya ni recordábamos la película.

Me acerqué a su entrepierna y mordí desde principio hasta el fin el bulto que su pantalón marcaba a su izquierda, me daba la sensación de que iba a explotar ese pantalón tan ajustado, así que mirándole de forma traviesa comencé a desabrochar sus botones, tuvo que levantarse para poder quitárselos, yo reía mientras, no llevaba ropa interior por lo que su polla erecta quedó al descubierto, era grande, gordita, la miré con cara de deseo, él se tumbó a mi lado y cociéndola en su mano me la ofreció, mi lengua se acercó a ella para recorrerla despacito,  sin dejar de mirarle a esos ojos verdes que poco a poco se llevaban de deseo y excitación... mis labios rodearon su glande, y lentamente fue penetrando mi boca, profundo, hasta el fondo, para después lentamente sacarla de mi boca y succionar la punta, mis manos comenzaron a acariciar sus testículos, mientras mi boca aumentaba el ritmo de succión, una de sus manos acariciaba mi pelo mientras la otra se había desecho de la camiseta y jugueteaba con mis pezones, hábilmente me desnudo y me tumbó en el sofá.....su lengua comenzó a recorrer mis piernas, sentir su lengua en mi piel y sus grandes manos acariciando mi cuerpo, me hacía volver loca, paseó por mis muslos hasta llegar a mis ingles, su lengua jugaba haciéndome sufrir, por fin se acercó a mi sexo, yo por dentro suplicaba que lo hiciera ya, se acercó y echo su aliento sobre mi clítoris.... sentir su aire caliente me hizo estremecer, su lengua se abrió paso entre mis labios, y golpeó mi clítoris, lo golpeo varias veces mientras mi boca no podía evitar los tímidos gemidos, su lengua continuó jugueteando mientras dos dedos se abrían paso en mi vagina, penetraban profundo, lentamente, tras empaparse comenzaron a  acariciar mi ano, y uno se abrió paso en el mientras el otro hacía lo propio en mi vagina, los gemidos dejaron de ser tímidos para convertirse en salvajes, sus dedos me penetraban mientras su boca me devoraba, en apenas unos segundos y mientras mi mano apretaba su nuca, mi cuerpo se tensó, y un tremendo orgasmo me recorrió todo el cuerpo, fue tan intenso que me costó recuperar el aire, fue tan intenso que acabé mareada, se acercó a mi y me beso lentamente, podía sentir su sonrisa mientras me besaba, me gustaba el sabor de su boca tras mi orgasmo, se incorporó sobre mi y lentamente su polla se abría paso dentro de mi, lentamente, sus caderas se movían y podía sentir como me acariciaba por dentro, salía lentamente y se dejaba caer, haciéndome gemir cada vez que tocaba el fondo, mis piernas rodearon su cintura, quería que me follara, incrementó su ritmo mientras mis uñas apretaban su espalda y su boca se comía a la mía.

Paró un instante y rodando en el sofá y me puso encima, comencé a botar sobre él, mis tetas botaban frente a sus ojos, y sus manos las apretaban con fuerza, pero el pequeño dolor que me producía era placentero, sus manos agarraron mis caderas, las levantaron un poco y comenzó a penetrarme, duro, mientras ambos gemíamos, sus manos me rodearon y me apretaron fuerte contra él, mientras el ritmo era frenético y juntando nuestras bocas, ahogamos un nuevo orgasmo, esta vez sincronizado, nos tragamos los gemidos y todo el placer.


Quedamos tendidos, abrazados, empapados, sonrientes, felices, me acerqué y le dije al oído.....hoy sueño dormirá en mi cama gracias a tu sorpresa