Un apuesto e inteligente joven... venía devisita rápida a la ciudad, y hacía tiempo que teníamos un café pendiente, eltlf sonó y era él, ya había llegado y me proponía tomar una cerveza una horamás tarde, en lugar del café de la mañana siguiente. Me parecía buena idea leexpliqué como llegar a casa, recogí un poco y me di una ducha rápida.
El timbre sonó, abrí la puerta y ahí estaba con unasonrisa...con una sonrisa??? pero si era un cascarrabias que hacía sonriendo, nossaludamos amablemente y le pregunté si prefería vino o cerveza, puse unoschatos de vino con unas aceitunas y nos sentamos a charlar en el sofá, parecíaque hacía apenas unos días que nos habíamos visto por el buen rollo y laconfianza que había. Me resultaba graciosa su timidez y eso hacía que meresultará fácil jugar y atacarle un poco, mientras ambos reíamos.
Me dispuse a hacerme un porrito pero una voz ruda medijo.."ni se te ocurra" me quedé un poco perpleja, le miré y actoseguido comenzó a reírse a carcajadas, "no fumes anda que te quiero contodos los sentidos al 100% me dijo", "está bien no lo haré por estoúltimo que has dicho, que a mi los vozarrones no me impresionan". Trasllenar varias veces las copas de vino el tono de las conversaciones cambió, yano eran tan dicharacheras, se empezaban a convertir en mucho másíntimas...comenzábamos a estar mucho más cerca, a hablar más bajito a rozarnos,su timidez seguía impidiéndole ir más allá y yo jugaba a ponerle nervioso, aacercarme para que pensara que iba a besarle y después no hacerlo... se dabacuenta pero no recriminaba nada..sabía que el momento llegaría...y llegóacerque mis labios a los suyos, le besé tiernamente, su boca se entreabrió y mecolé en ella, como quien descubre una cueva por primera vez, nuestras lenguasjugaron se fundieron en un largo y cálido beso, mientras su mano se posaba enmi cabeza, me apretaba contra él, poco a poco nuestras lenguas bailaban deforma más desenfrenada, dejó de ser tierno, mordía mis labios, y yo los suyos,acercó su mano a mi vagina, por encima del pantalón, la acariciaba sinmiramientos, sintiendo como la humedad contagiaba al tanguita que llevaba y alos pantalones, para que él lo sintiera...sus caricias eran rudas, firmes, perome gustaban. Estaba muy excitada.
Tiré de su camiseta, la tiré al suelo, “ve apor los juguetes” me levanté, fui a la habitación y traje una caja forrada detela de leopardo, él ya estaba desnudo, la dejé sobre la mesa, la abrió y sacóun multivibrador morado con estimulador de clítoris, “es este el que más tegusta???” Yo afirme con cara de traviesa, “desnúdate” yo obedecí, y me quedé depie junto a él, desnuda mirándole, “túmbate, quiero ver como te masturbas”, metumbé, abrí mis piernas y comencé a acariciarme, él me miraba de pie a mi lado,su polla quedaba por encima de mi cara, era grande y bastante gruesa, mealcanzó el vibrador y me hizo un gesto con la cara, lo dirigí a la entrada demi vagina, estaba muy mojada así que entró sin problemas, me penetré hasta elfondo, un gemido salió de mi boca, repetí la operación un par de veces mientrasél me miraba atentamente, le puse en la segunda velocidad y mientras con unamano me masturbaba con el vibrador la otra masturbaba su polla, se acercó haciami para penetrarme la boca, estábamos muy excitados, me penetraba cada vez masduro la boca y yo repetía el mismo movimiento con el vibrador, yo estaba muyexcitada, estaba a punto de correrme, mi corazón palpitaba a mil por hora, élse dio cuenta y paró, se arrodilló a mi lado, quitó mi mano y tomo el controldel vibrador, me masturbaba duro mientras nuestras bocas era una, mi cuerpo setensó, él corazón pareció pararse un instante del mismo modo que lo hizo eltiempo, a la misma vez que una oleada de placer recorrió mi cuerpo, y mi gemidose estrelló contra su paladar.
Poco a poco recuperé el aliento, los besos setornaron tiernos, los manoseos se tornaron caricias, y lentamente aparto elvibrador de dentro de mí. “Te apetece otro vino mientras recuperamos elaliento?” “trato hecho, pero nos lo tomamos en la habitación???” “me parece unagran idea”
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