miércoles, 26 de diciembre de 2012

DESVIRTUALIZANDO COMPAÑEROS

De repente noentendía que pasaba, había crecido en mi un deseo extraño, tendría sentido desearal director de una película de amor simplemente por el hecho de que la películala hiciese sentir?



Todo empezóuna tarde alrededor de las 17 de la tarde en una céntrica plaza de Madrid, lascosas en el país no estaban bien, ni económica ni política ni socialmente, unpar de semanas antes yo había iniciado mi andadura reivindicativa por las redessociales harta de la desinformación en la que vivíamos, una noche manteniendoconversación en esas redes sociales con un grupo de personas surgió la idea de tomarunas cañas al día siguiente y desvirtualizarnos por fín, x supuesto dije que meapuntaba, no tenía claro estar a la altura de las conversaciones que se iban aproducir, yo era una persona con las cosas claras, que sabía donde estaba ydonde quería estar, pero a falta de unos conocimientos históricos y políticosque mis interlocutores si que iban a tener, aún así yo siempre fui unaapasionada de conocer gente nueva y de aprender y absorver cosas del mundo, asíque allá que fui. Llegué la primera (como cada una de las veces que he quedadocon gente para ponernos cara)llegó el resto y tomamos unas cañas animadamente,fue muy agradable, al rato llegaron Samuel y un amigo, no les conocía peroellos sí conocían al resto que estábamos en la mesa, Samuel se sentó a mi ladoy las conversaciones fueron fluidas, me fije en él, se veía que tenía unpersonalidad imponente, que era un tío vivido, de esas personas que pueden aportarcosas, era genial poder ser testigo de discusiones acerca de física cuántica,de filosofía o incluso sobre batallas y tratados, pero siempre con un fin comúnpoder cambiar las cosas, parece mentira que después intenten hacer creer que lagente perteneciente a esa corriente, que el “enemigo”, son jóvenes, sin oficioni beneficio, vagos sin cultura, violentos…yo escuchaba absorta en la imagen detodo lo que describían, cuando unas palabras me despertaron “te aburres??”, “nono solo escucho, cuando no sabes a veces el silencio es el mejor recurso,prefiero aprender”.



Se hizo tardey tenía que irme me despedí de todos con dos besos, al llegar a Samuel puso sumano en mi cintura, y uno de los dos besos se estrelló en la comisura de miboca…me despedí y me fui, de camino reí por el beso, supuse que fue fortuito nointencionado y me hizo gracia.



Al rato dellegar a casa recibí un mensaje diciéndome que había sido un placer y que ricosbesos….en la comisura? me reí con la maldad de pensarlo. Intercambiamos un parde mensajes y a dormir.



Al díasiguiente se repitieron los mensajes y no se como pasó, pero le terminédiciendo que escribía relatos eróticos, me pidió que le mandara uno, meinspiraba confianza y lo hice, estábamos de risas, no había más intención pormi parte que seguir riendo, el chaval era majo, me resultaba interesante comopersona pero nada más.



Tras un par derelatos y él como una moto me mandó uno suyo, su relató de inicio me hizosonreir, siempre me hicieron gracias las flores en las citas, son incómodas, quehaces con ellas el resto de la noche? pero supongo que era su forma de darle eltoque romántico, era genial de las mejores cosas que he leído, las palabrasestaban escrupulosamente elegidas, la cadencia era perfecta, a medida que avanzabame dejaba envolver por la imagen que esas palabras construían en miimaginación, cuando leí como las yemas de sus dedos rozaban las de ella meestremecí, fue extraño, de repente fue como sintiese sus manos en las mías, derepente sentí un halo de sensaciones que recorrió todo mi cuerpo, se escapaba ami entendimiento, pero me hacía sentir bien, me trasladé a la cama para seguirleyendo y poder estar más cómoda.



La inseguridadque transmitía en determinados momentos lo hacía más tierno, el aliento en lanuca de la protagonista, hacía que mis ojos se cerraran, que lo sintiera, quesintiera como sus manos en este caso recreadas por las mías, dibujaran cada cmde mi silueta, se acercaban a mi sexo que anhelaba un poco de atención, elrelato la hacía sufrir, esperaba, pero yo me sentía mareada, al aire le costaballegar a los pulmones, mis manos se hundieron en mi sexo húmedo mientras misojos seguían sus palabras, una a una lentamente, siguiendo como sus manos ladesnudaban lentamente, mis dedos se abrían paso entre mis labios…estabangorditos, esponjosos, era como acercar una mano a una estufa, emanaba un calordulce, el dedo índice rozó mi clítoris y un suspiro se escapó de mi boca. Elrelato terminó de repente, reconozco que me sentó hasta mal que me cortara así…sinduda me había dejado con ganas de más pero yo no iba a parar ahí, estiré lamano, cogí el vibrador de la mesilla, me acaricié con él, el pecho, elombligo,y lentamente me penetré, mis ojos estaban cerrados recreando la instanciade la estudiante del relato, con su cama, su estantería, la ropa interior y sumaravilloso vestido, mientras me penetraba cada vez con más ritmo, me sentía laprotagonista de la continuación no leída de la historia…estaba muy excitada,pocos minutos después mis suspiros eran gemidos, y estaba preparada para llegaral climax, me deje llevar y explote en un mar de sensaciones, estaba mareada,me costó recuperarme, no se si por la gran excitación, o por lo curioso de lascircunstancias.



Supuse queestaba esperando una opinión, pero apenas pude decirle muchas mas palabras que “aplausos”,era un gran escritor y no sabía si él era consciente de lo que podían producirsus palabras pero ya se lo contaría en otro momento. Sus palabras eran tanmaravillosas que eran capaz de hacerme repetir una pregunta, a quien habíadeseado al protagonista del relato o al escritor???



Tras un par deconversaciones más, las cosas empezaron a ser cada vez menos sutiles, amboshabíamos manifestado un deseo que las letras habían hecho aparecer en nuestros pensamientos,y le propuse vernos y tomar algo…



El lugar deencuentro sería mi casa, la encontró sin problemas, la verdad es que yo teníaun de nervios en el estómago, cuando le conocí no me había llamado la atención,pero esos días que habíamos estado con los mensajes, las fotos, habían hechonacer un deseo que hacía no pudiera sacármelo de la cabeza. Pasó saque un parde cervezas y nos pusimos a charlar en el sofá, me lie un porrito pararelajarnos, y las conversaciones eran fluidas, nos sentíamos cómodos, mientrashablábamos medio echados en el sofá, él acariciaba mis brazos, me resultaba tanentrañable, agarrábamos nuestras manos, le acariciaba su palma, mientras lasconversaciones fluían de forma cómoda, esperaba que él se decidiera peroparecía no saber como hacerlo, así que opté por no ponérselo difícil, meincorporé un poco y acerqué mis labios a los suyos, lentamente de forma tierna,sus labios recibieron los míos con agradecimiento, nuestras lenguas comenzarona reconocerse, nuestras bocas tenían sed del otro desde el momento de leer losrelatos, y se sentían felices juguetonas, con ganas de guerra…. La ternura fuedesapareciendo poco a poco, tras esos besos dulces la temperatura fue subiendo comenzábamosa devorar nuestras bocas mientras nuestras manos acariciaban nuestras cuerpos, élbajó del sofa y se arrodilló en el suelo, bajando de un tirón en pantalón, suboca se apoderó de mi clítoris pero la postura no era cómoda, nos levantamos ydevorándonos de camino llegamos a la cama. Nos desnudamos y nos tiramos sobreella, continúo con el trabajo que había empezado, su lengua recorría mis labiosmientras un dedo exploraba lo húmeda que estaba, mientras mis manos jugueteabancon sus testículos y con su polla erecta, que lleve hasta mi boca metiéndola lomás hondo posible, él paró un segundo, sabía que su parón era fruto de lassensaciones de mi lengua habían producido. Se acercó y besándome me dijo quierover como te masturbas, saque el vibrador de la mesilla y comencé a hacerlo, elvibrador salía y entraba, me penetraba mientras vibraba sobre mi clítoris,mientras él permanecía tumbado a mi lado, mirándome, besándome, mis gemidos seahogaban en su boca, se acercó y penetró mi boca mientras yo seguía masturbándome,yo estaba muy caliente y le devoraba mientras mi ritmo aumentaba. La situaciónme excitaba muchísimo, y exploté en un tremendo orgasmo mientras el sonreía sindejar de observarme y de acariciarme.



Me costó unosminutos retomar el aliento, nos tumbamos de nuevo, continuamos charlando,mientras nos besábamos, mezclando política,humor, historietas personales. Su erección había bajado, pero sabía que eso nosería problema, cuando recuperé el aliento le empujé y le tumbé, y comencé ajugar con ella, con mi sonrisa más traviesa, la masturbaba lentamente, jugabacon mi lengua mientras le observaba, estaba con los ojos cerrados, dejándosellevar, mi lengua vibraba sobre la corona de su glande, el temblaba, se estremecíacon una media sonrisa, que me encantaba, pasaron muchos minutos jugando así, me habría pasado mil horas y se queel también, pero él tenía una cena de trabajo y no podía demorarlo demasiado,aunque teníamos algo pendiente.



Yo seguíamojadita y el totalmente erecto, me incorporé, la cogí con mis manos ylentamente me senté sobre ella, sus ojos se abrieron le besé y le dije, estáspreparado?? Comencé a mover mis caderas lentamente para en un breve periodo detiempo comenzar a penetrarme, sabía que lo había dejado muy en el limite, eldecía uff no voy aguantar mucho y yo queme sentía tremendamente traviesa le dije “vaya guerrillero, tengo que decir queesperaba más de esta batalla” sabía que sería divertido, reía con la tonteríapero empecé a pedirle que si no podía que sacara la bandera blanca y serindiera, de un golpe brusco me tumbó y se puso sobre mí, comenzó a penetrarmeduro, segura que esperabas más? su ritmo se incrementaba mientras apretabaduramente mis pechos, sabía que los amorataría, me dolía pero era placentero,estaba muy caliente..esto se parece más a lo que esperaba, reía mientras gemía,el seguía dándolo todo…estoy a punto de rendirme le dije, ya me tienes ganada….mispiernas rodearon su cuerpo y mis uñas arañaron su espalda. Le apretéfuertemente hacía mi, nuestras bocas se devoraban, sabía que estábamos a punto,los gemidos de ambos invadían la habitación, nuestros cuerpos se tensaron, explotaronen un gemido que ahogamos en nuestras bocas y ganamos la batalla juntos.



No hayrevolución más placentera que la rendida en una cama con un buen revolucionario…ahorasolo nos falta ganar la verdadera revolución.

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