domingo, 2 de junio de 2013

CITA DE TRABAJO

            Estaba preparando un documental sobre las protestas que se estaban produciendo en las principales ciudades españolas, había un muchacho que tenía un blog muy interesante que solía frecuentar y que documentaba con muy buenas fotografías y pensé que podía ser una buena idea ponerme en contacto con él, quizás no le importase compartir conmigo parte de su material.

            Le puse un mail y unas horas más tarde tenía su respuesta en mi buzón, no le importaba cederme sus fotografías, y me proponía quedar para tomar unas cervezas y entregármelas al día siguiente en una cafetería del centro. Por supuesto le agradecí el gesto y le dije que allí estaría, le facilité mi móvil y le dije que me avisara cuando llegara para ver como nos reconocíamos.

            El día se complicó iba muy justa de tiempo, pero no tenía su número para poder avisarle, el móvil sonó, acababa de llegar un mensaje, "ya estoy aquí, como vas?", me faltaba un poco x llegar, "estoy al lado, lo que tarde en aparcar, llevo un vestido largo y un pañuelo blanco en el pelo, avísame cuando entre ;-)" contesté.

            Metí el coche en el parking y subí a la plaza donde estaba la cafetería, abrí, entré y miré a los lados, al fondo un chico levantó la mano, se levantó mientras me acercaba, era alto, moreno y tenía una gran sonrisa.

            Me dio dos besos y me senté a su lado, me disculpé por los 10 minutos de retraso," voy a pedirme una cerveza, quieres tu otra?""vale". Volví con dos tercios y me senté a su lado a ver las fotos, me había traído un cd, y me enseñaba en su ipad las fotos q me había entregado, me iba contando la historia de cada foto y yo mientras tomaba notas en un pequeño cuaderno.

            De repente perdí el hilo de la conversación, le observaba, le ponía mucho empeño en lo que hacía, era vehemente en sus explicaciones, se le veía que disfrutaba con su trabajo, le superaban las injusticias. Tenía unos ojos enormes marrones oscuros tremendamente expresivos, gesticulaba con las manos, era verdaderamente atractivo.

            Terminamos de ver las fotos y pedimos otra cerveza, por fin nos mirábamos a la cara, había muy buen rollo, había feeling, cada vez estábamos más cerca. Las risas se sucedían, yo llevaba un vestido de tirantes fucsia y blanco con generoso escote, él ya estaba desinhibido y no disimulaba sus miradas a él. El juego había comenzado y era solo cuestión de tiempo, solo había que jugar, su mano busco la mia por debajo de la mesa y la agarró, los dedos se entrelazaban, seguíamos charlando y riendo, pero manteníamos un diálogo paralelo con nuestras manos, q aumentaban o cesaban la presión para comunicarse.

            Durante un instante las palabras cesaron, nuestros ojos se encontraron y lentamente nuestras bocas se unieron, fue un beso lento, suave, dulce, nuestras manos se apretaban fuertemente, disfrutando de ese momento tan esperado. Nuestras lenguas jugaban a un maravilloso baile y nuestros pulsos se aceleraban, el mundo se había parado ya no había más sonidos que nuestras respiraciones ni más gente en el bar que nosotros mismos, sus manos me acariciaban por debajo de la mesa y las mías le buscaban a él, se levantó "vámonos de aquí", pagamos y salimos jugueteando, nos dirigimos hacia la plaza y pasar al lado de las escaleras del parking tiré de él.

            Bajamos las escaleras hasta el segundo piso, ya no eran besos dulces, era lujuria en pequeñas dosis, servidas en cada columna como si de un delicado perfume se tratase, llegamos a mi coche, intentaba buscar la llave pero era imposible, sus manos y su boca lo impedían, estaba muy excitado, mi mano acariciaba su sexo por encima del vaquero estaba muy duro, sus manos liberaron mis pechos por encima del vestido, su boca jugueteaba con uno de mis pezones. Escuchamos gente, nos recolocamos y busqué las llaves, una pareja de señores mayores pasaron, nosotros reímos, estuvieron a punto de pillarnos, pasamos a la parte de atrás, era amplia estábamos cómodos.

            Él se sentó y desabrochó su pantalón, mi boca buscó la suya mientras bajaba la cremallera de su pantalón, mi mano sacó su polla y comenzó a acariciarla, estaba dura, mi lengua se acercó a ella, acarició con la punta su glande y se humedeció con unas gotitas de salían de él para ayudar a lubricarla, él suspiraba, mi lengua jugueteaba con ella, recorría la corona del glande, para después succionar lentamente e introducirla lentamente en mi boca, su mano ya se había colado debajo del vestido, apartaba mi tanga y me acariciaba el clítoris, me penetraba con un dedo y volvía acariciar mi clítoris.

            Oíamos a gente que pasaba y entonces nos quedábamos inmoviles mirándonos hasta que dejábamos de escucharlos. "Al final nos van a pillar" le dije, me agarró y me incorporó besándome, me senté sobre él aparté el tanga y lentamente me senté sobre su polla, sintiendo como me iba llenando, sus manos liberaron mis pechos y comenzaron a acariciarlos, primero lentamente, para ir aumentando la dureza de sus caricias a medida que yo aumentaba el ritmo de mis caderas, mis pechos botaban cerca de su cara, nuestras bocas se hacían una, mis dientes mordían sus labios, ya daba igual si la gente nos veía, aquello era instinto, pasión, lujuría, ya nada más importaba, sus manos agarraban mis caderas para imponer el ritmo que estimaba oportuno, yo me dejaba llevar, estaba muy excitada, intentaba morder mis labios para no gritar, pero no conseguía evitar todos los gemidos.

            Mis dientes mordisquearon el lóbulo de su oreja, juguetearon con ella "pequeño, no tenemos tiempo, nos van a ver". Erguí mi espalda y mientras acariciaba mis pechos comencé a penetrarme, duro, nuestras respiraciones estaban aceleradas, me paró y comenzó a moverse él, me penetraba rápido, duro, mientras  nuestras lenguas entrelazadas se daban aliento, entre gemidos nuestros cuerpos se tensaron, estábamos a punto, retomé el mandó y me penetré profundamente, contrayendo mi vagina para que la sintiera, nuestras bocas se devoraban, ambos explotamos en un huracán de placer, sentí como su polla se tensaba dentro de mí, como daba varios espasmos, y me llenaba de su leche caliente, al tiempo que una ola de placer recorría todo mi cuerpo.

            Reposamos un par de minutos abrazados recuperando el aliento, sin hablarnos. "Vamonos" le dije, y pasamos a la parte de delante, salimos del parking, me dirigía dirección a su casa, sentía como su leche aún resbalaba x mis muslos, y eso me hacía permanecer excitada. En cada semáforo nos besábamos, íbamos jugueteando, acariciándonos, al llegar a la puerta de su casa un coche salía y dejaba libre una plaza de aparcamiento "aparca anda, sube y pedimos algo de cena, lo de antes ha sido sólo un aperitivo".


            No me lo pensé dos veces, quería el segundo plato y sobre todo, estaba deseando que llegara el postre.

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