Aún faltaban dos horas
para la salida de mi avión, viajar siempre me generaba ansiedad, era una
artista perdiendo vuelos, así que prefería ir pronto y esperar antes que
quedarme en tierra. El avión salía casi de madrugada y había poca gente en el
aeropuerto, pocos vuelos debían de salir a esas horas.
Las cafeterías estaban
cerradas pero yo necesitaba algo de beber para no dormirme, solo me faltaba
dormirme en la puerta de embarque y perder el avión estando allí. Me acerqué a
una maquina a por una coca-cola, había un sacando una lata, no le presté mucha
atención, iba vestido con traje y llevaba una mochila de esas de guardar el
portátil, debía de ser un ejecutivo.
Al coger su cambio las
monedas rodaron por el suelo, me agaché a ayudarle, me miró y por unos instantes
perdí la respiración, sus ojos marrones atravesaron los míos, tuve la sensación
de conocer esos ojos, esa boca me era familiar, e incluso quise leer en sus
ojos que el también reconocía los míos. Pero no podía ser, estaba en un país en
el que apenas conocía gente y los que conocía me habían acompañado al
aeropuerto. Dándome las gracias se fue, no le di más importancia.
Tras una vuelta por el
aeropuerto busqué mi puerta de embarque y me dirigí hacia ella, en esa sala
había 4 puertas pero solo dos vuelos programados, me senté en una de las
butacas y saqué el móvil, no tenía nada que hacer así que entré a ver que se
cocía en Twitter. Puse un mensajito "largas horas de espera en el
aeropuerto", actualicé mi TL y el último tuit que aparecía era el de una persona muy especial para mi, a la
que no conocía pero a la que tenía un cariño especial. Su tuit decía "Esta
noche estoy muy cerca de ti".
Sonreí, sus letras
siempre eran inspiradoras, muchas noches las pasamos intercambiando sueños a
través de las letras, escribí al aire, como siempre solíamos hacer, "Esta noche me gustaría que
estuvieras más cerca", teníamos los horarios cambiados y normalmente
no podía disfrutar de sus letras como me gustaría, así que al menos leerle me
ayudaría a pasar las horas más rápido.
Mientras sonreía el
chico del traje entró en la sala, debía de salir en un vuelo que salía desde la
misma sala. Se sentó en la otra parte, pero frente a mí, sacó un pequeño
ordenador y lo conectó a un enchufe cercano. Yo le observaba, era muy guapo,
tenía un halo de misterio, se le veía enigmático.
Actualicé varias veces
pero mi mensaje no había tenido respuesta, leí un par de noticias sobre
política, y volví a actualizar "No
importa la distancia, cuando nuestras almas están cerca", genial eso
significaba que pasaría la noche volando entre letras y sensaciones, las que
era capaz de sentir a través de las letras. Él me inspiraba "hace mucho que nuestras almas están más que cerca, me gusta
cuando volamos y somos uno".
El chico misterioso
estaba ensimismado en su laptop, sonreía, disfrutaba de lo que estuviera
haciendo, tenía una preciosa sonrisa, y seguía teniendo la sensación de haberle
visto en algún lugar, mientras escribía nuestros ojos se encontraban, pero
nuestras miradas se desviaban rápidamente a nuestros aparatos electrónicos cada
vez que se encontraban.
"Viajamos unidos
por ese hilo cristalino que nos ata en la eternidad, pues una creación tan
perfecta no se puede soltar." sus letras
me hacía estremecer, realmente producía sensaciones inexplicables en mi.
. "Materia distante, suave, frágil... Polvo... Ceniza... Donde
habita mi soplo, mi esperanza, mi llama divina"."Observar lo que soy,
lo que siento desde el punto álgido de tu cuerpo..."Su facilidad para
expresar sentimientos en palabras siempre había sido mucho más fácil que la
mía. Yo me limitaba a marcar como favorito sus mensajes. Con él nunca sabía si
algún mensaje era dirigido a mi, pero a
mi me gustaba jugar a imaginar que sí.
Actualicé y me encontré
con ""Me observo y te observo. Me siento y te siento. Y
no estamos tan lejos." , sentí algo especial, ese mensaje me hizo levantar la mirada y
centrarme en el chico del traje, se le veía feliz, me miraba y sonreía,
sonreía travieso, fijaba en mi su mirada, quería que supiera que lo hacía. Y si
esos ojos me sonaban familiares porque eran los suyos??Tan solo había visto un
par de fotos suyas hacía algún tiempo, podría ser. Pero él vivía a miles de km
de donde estábamos, no podía ser posible.
Tenía que intentar
resolver mi duda a través de esos mensajes al aire, aunque lo que yo
interpretara como respuestas no lo fueran, el juego me estaba envolviendo,
enloqueciendo, haciéndome disfrutar "Me
estremezco solo de imaginarme observada"
Su respuesta
no tardó en llegar "Mi alegría es
que tus labios sean míos con sólo imaginarlos que me besan sin miedo...""Y
respirarte en cada roce, en cada mordisco, en cada sonrisa... Cautivarte,
seducirte... Atraparte... Y consumirte..."
Los ojos del
chico del traje me devoraban, hacían que mi cuerpo ardiera, mientras que sus
letras hacían vibrar a mi alma, solo pude decir "Te deseo"
La mirada
del chico del traje se tornó lujuriosa, ya no me miraba como un niño travieso
se había convertido en la mirada de un hombre "Tengo ganas de besarte, de comerte la boca... De
borrarte esa duda de los labios con la miel de mi concupiscente presencia..."
No sabía quien provocaba que me fuera inundando por dentro, pero
estaba excitada, sentía como mi vagina se contraía, como mi respiración se
agitaba, ya no me importaba nada, miraba al chico del traje sin disimular lo
que a mi cuerpo le estaba pasando, lo que estaba sintiendo, tenía la sensación
de que a él le pasaba lo mismo, "Quiero
sentirte esta noche como ninguna otra lo he hecho".
El chico del traje se levantó, desenchufó el portátil y lo metió en
su bolsa, yo pensé que se me había acabado parte del juego, actualicé pero no
había nada. El chico del traje se acercó a mi, sin decir nada me tomó de la
mano, yo era esclava de sus deseos, de los míos, no pregunté no articulé
palabra y le acompañé, nos acercamos a una puerta y la abrió era un almacén
apenas entraba algo de luz desde el final del pasillo, dulcemente me puso
contra la pared, sus manos se posaron a ambos lado de mi cara y me besó, era un
beso deseado, era como si llevásemos años esperando a encontrarnos, nuestras
manos acariciaban nuestros cuerpos aún vestidos, pronto sus manos arrancaron mi
camiseta dejando a la vista mis pechos, sus manos ágilmente se deshicieron del
sujetador de encaje negro, y su boca comenzó a jugar con ellos, apenas
apreciaba su silueta, un suspiro se
escapó de mi boca, y su mano la tapó, debíamos ser silenciosos si no queríamos
que nos descubrieran.
Mientras me besaba, lanzó su americana sobre una mesa que había a
unos metros, se quitó la corbata y la puso en mi cuello, mis manos fueron
desabrochando los botones de su camisa y tras deshacerme de ella mi lengua
recorrió lentamente su pecho, bajando hasta su ombligo, mis manos desabrocharon
su pantalón que cayó instantáneamente al suelo, me arrodillé junto a él, mi
boca recorrió el tronco de su pene con los dientes por encima del slip blanco
que llevaba. Estaba dura, muy dura, sabía que se moría por que me deshiciera de
la tela q le separaba del verdadero placer.
No había mucho tiempo así que no le hice sufrir más, de un tirón el
slip desapareció, se pene erecto lucía ansioso, mi boca se apoderó de él, lo
devoró, comenzando por su glande, para continuar por el resto del tronco hasta
su base, sintiendo como me faltaba el aire, mi boca comenzó a penetrase
lentamente mientras mi mano le masturbaba acompañando a mi boca, bailando
juntas al mismo ritmo, contagiando de ese ritmo a su respiración, sus manos
acompañaban los movimientos acariciando mi pelo.
Se apartó y agarrándome de
la mano, me llevó hasta la mesa, empujando lentamente me sentó en la mesa y
levanto mi falda, tiró de mi tanga de encaje y lo guardó en el bolsillo de su
pantalón. Me recostó sobre la mesa, y entre penumbra vi como acercaba su boca a
mi sexo, sentí su aliento caliente, su lengua se abrió paso entre mis labios
mojados, bajó x el perineo hasta mi ano,
lubricándolo con mi propia sabia, su lengua comenzó a jugar con mi clítoris
mientras uno de sus dedos penetraba mi ano, las palabras de los mensajes
recibidos llevaban a mi mente a otro mundo, mientras él, calmaba el deseo de mi
cuerpo, los gemidos se escapaban de mi boca era inevitable, pero esta vez él no
intentó impedirlos, dos dedos me penetraban duro mientras su boca masturbaba mi
clítoris, no aguantaba más mi cuerpo se lo contaba como si fuese un secreto, él
me entendía perfectamente e incrementó el ritmo, mi cuerpo se tensó, y una
melodía de placer hizo vibrar cada cm de mi piel, se hizo el silencio mientras
mis pulmones se esforzaban por intentar coger aire para reponerme.
Me incorporé y mientras mi lengua recorría la comisura de sus
labios mis manos dirigieron su polla hacía mi, lentamente me penetró, nuestros
torsos se unieron, nuestras manos nos abrazaron, su cuerpo me embestía, cada
vez más profundamente, mis uñas resbalaban por su espalda, mis dientes mordían
su cuello, mientras sentía como se incrementaba el latido de su corazón.
Algunos ruidos se escapaban de sus labios, cerca de mi oído, apenas
imperceptibles. La fuerza de las embestidas fue in crescendo. Y la exhalación
del orgasmo, la sentí en la mía sentí su gemido ahogado en mi garganta mientras
me apretaban con él y se deshacía dentro de mí. Entre sudores, caricias y
besos, su cuerpo fue despertando tras unos segundo de vuelo por el cielo.
Se vistió y dándome un beso en la frente, me dijo : " sal en
unos minutos, para que no nos vea nadie salir juntos, gracias por este viaje mi
niña"
Aún estaba recuperándome, no me dio tiempo a reaccionar, cuando
quise darme cuenta, él ya no estaba.
Me vestí y salí a la sala de embarque, mis ojos le buscaron por
toda la sala, uno de los vuelos estaba embarcando, se habría ido en ese?? No
importaba, me sentía llena de una felicidad inconmensurable, había sido mágico.
Sin poder dejar de sonreír volví a tomar mi asiento aún quedaba
media hora para q comenzase el embarque de mi vuelo.
Saqué el teléfono de mi bolso y ansiosa actualice su perfil.
"Para sentirme solo
tienes que dejarte llevar y cerrar los ojos, solo tienes que desear tenerme a
tu lado y allí estaré"
No sabía si había sido el, y nunca lo iba a saber, lo que tenía
claro es que había sido a él a quien le había hecho el amor esa noche.