viernes, 5 de junio de 2015

NUEVAS AVENTURAS


Estábamos quedando para el día siguiente y ella me dijo que seguramente vendría acompañada de un amigo, al preguntar de quien, se me puso una sonrisa, hacía unas semanas que le había conocido, en realidad no era la primera vez que le veía pero no habíamos intercambiado nada más que unas palabras y había pasado desapercibido, pero el último día no fue así, pasamos más tiempo juntos y fue divertido, era un hombre guapo, moreno, se veía que se cuidaba y cultivaba un aparentemente bonito cuerpo, pero lo mejor que tenía era una inmensa sonrisa, una sonrisa de pillo, que invitaba a hacer maldades.

Aunque en realidad  lo que verdaderamente le hacía atractivo era esa mezcla de vacilón y chulo, jugaba al doble sentido que era una de las cosas de las que yo más disfruto en la vida, hasta el punto de dejarme un par de veces sin palabras que replicar y hacer que me sonrojara, eso en mí no es fácil todos lo saben, así que fue en esos momentos cuando más me fije en él, se le veía seguro de sí mismo y me había tomado la medida, era como si supiese cuales eran las teclas que me hacían estremecer, me decía que no protestaría tanto cuando estuviese dándome placer agarrándome del cuello, esa forma de crear morbo siendo él quien llevaba la batuta me desmontaba y como lo sabía lo utilizaba, haciendo que mi piel se erizase y quisiese más. Pero paraba, él tenía el control y yo dudaba que fueran más que cuatro vaciles, no veía interés por su parte para tener más recorrido, asique tras masturbarme al día siguiente fantaseando con un encuentro con él, me olvide de su existencia.

Pero quizás hoy volvería a verle y como fantasear es gratis, pensaba en él mientras me metía en la bañera.


Habíamos pasado una tarde agradable, con amigos, risas y por supuesto lucha y rebeldía, cuanto más hablaba con él más atractivo me parecía, era inteligente, era divertido, era sensible, pero de repente se había vuelto más flojito, no entraba al trapo, yo iba fuerte, preparada para una batalla como la del otro día pero en esta ocasión no había contrincante, supuse que no quería seguir con el juego a pesar de que alguna puyita caía de forma inevitable, la gente se fue retirando poco a poco, hasta que quedamos cuatro tomándonos la última copa, éramos tres mujeres y él, ellas con algunas copas de más hablando de sus cosas, él terminó su copa y dijo que se marchaba y con una gran sonrisa se despidió de nosotras, yo durante la conversación le había pedido el tlf, así que a los 5 minutos de irse le puse un mensaje, "ya te vale irte y dejarme con estas que me sacan 5 copas de ventaja jajajaja", al momento respondió al mensaje "es que estabais hablando de vuestras cosas, me sentía un poco incómodo" "me he dado cuenta, sorry, podías haberlo dicho y nos habíamos tomado una copa nosotros" "aún estas a tiempo voy andando hacia casa, me paro, te espero y nos la tomamos?" No daba crédito, de verdad que no me esperaba esa respuesta, sólo le estaba vacilando, no creí que aceptaría. Me despedí de las chicas y fui a su encuentro, había elegido un bar tranquilo, con decoración étnica, entré y ahí estaba en unos puff al fondo del bar, con dos mojitos. "Yo no debería beber que tengo que coger el coche", le dije, "tranquila, si te apetece tomártelo puedes dormir en casa" pasamos un par de horas de charlas y risas, no sabía si pasaría algo más pero tenía claro que era de las personas que suman, así que fuera lo que fuere quería mantener el contacto con él.

"Tomamos la última en casa?" Yo acepté encantada, fuimos caminando entre interesantes conversaciones, que ya no eran tan profundas a causa de las copas que llevábamos encima.

Entramos en su casa, encendió una pequeña lámpara, y fue a preparar las copas, le pedí permiso para liarme un peta, y me puse a ello, puso algo de música bajita, se sentó a mi lado, me sentía bien, había confianza, yo llevaba una camiseta anudada al cuello con un escote generoso, el sujetador me molestaba así que retire la tira de arriba y la cole por debajo del canalillo, sus ojos se clavaron en él, x primera vez en toda la noche brillaban de deseo.





Mantuvo la mirada varios segundos, quería que le viese, agarró mi mandíbula con una mano y me acercó hasta su boca, cuando estaba cerca me dio un lametón, y pegó sus labios a los míos, era como si se hubiese transformado, el deseo se leía en sus ojos mientras su boca devoraba la mía, mi mano fue a tirar de su camiseta para deshacerme de ella, pero él agarró mis manos, "no te equivoques, yo mandó" yo sonreí con cara de niña mala "está bien, tu mandas", sacó mis tetas por encima de la camiseta, y su boca se dirigió hacia ellas, su lengua los golpeaba para que creciesen con su humedad y el calor de su aliento, los succionaba, sus dientes los mordían con la presión justa para hacer que se escapase un "ayss", sin que fuera doloroso.









Su mano acarició mi sexo por encima del pantalón, "pero mira como está mi zorrita, si estas cachonda ehh" "solo un poco" le contesté "levántate" dijo con voz firme, yo obedecí sin rechistar, "desnúdate pero no te quites la camiseta, me gusta como te ves con las tetas por encima", cuando terminé agarró mis hombros y me arrodilló frente a él, se quitó la camiseta y mientras me sonreía con una sonrisa perversa desató los botones de su vaquero y sacó su polla, instintivamente mi lengua recorrió mis labios, era gruesa, morena, y estaba erecta, la acercó a mi cara y fui a su encuentro con mi lengua, él se apartó y dio un suave cachete en mi cara, "he dicho que será cuando yo diga", " es verdad, lo siento", volvió a acercar su polla a mi cara, y la acariciaba con ella, yo quería meterla en mi boca pero no iba a volver a caer en la tentación, mi deseo aumentaba y mi respiración con él, el juego me ponía muy cachonda. Su polla bajo desde mi mejilla y esta vez sí se abrió paso en mi boca, que ansiosa la daba la bienvenida, su mano acariciaba mi nuca, intenté metérmela hasta el fondo, un gemido salió de su boca, mi lengua empezó a juguetear con ella mientras sus pantalones caían hasta el suelo, mi mano rodeo su polla y acompañaba a mi boca al penetrarse. "Veo que te gusta zorra, asique tendrás q esperar, agarró mi pelo para q me levantará, apretó mi cuello y me besó, me besó mientras me dirigía a la sala contigua y me echó sobre la cama, se hizo el silencio y de repente sonó un plass, su mano había impactado en mi culo, levántalo, le hice caso y puse mi culo en pompa,  su mano agarró mi pelo,  y giro mi cabeza frente a un espejo, “ quiero que mires como te follo”, su voz me excita sonada dura, grave, paseó su polla por mi raja para lubricarla, y de golpe me la metió hasta el fondo, bombea a la vez q seguía palmeando mis cachetes, que debían de estar rojos, porque sentía como picaban, me quejé y tiró más de mi pelo, “no rechistes” sus manos agarraron mis tetas apretándolas, mientras me penetraba duramente, sus huevos golpeaban mi culo haciendo ruido, un ruido que se mezclaba con mi gemidos.




Paró y me hizo tumbarme boca arriba, se colocó de rodillas entre mis piernas y empezó a penetrarme con dureza, una mano apretó mi cuello mientras la otra sujetaba en alto una de mis piernas,  mis manos agarraban su mano como intentando estar preparadas por si se paraba en su presión, su boca y sus ojos mirándome emanaban lujuria. Me dolía el pezón sabía que al día siguiente tendría un moratón que me recordaría esa noche. Su polla entraba y salía de un coño empapado que se contraía para presionarla como queriendo que no se fuera, mi respiración se aceleró, y mi cuerpo se tensó, me estaba corriendo como un perra mientras él seguía dándome duro, cuando acabé de retorcerme de placer sus dedos entraron en mi boca, de repente paró me hizo arrodillar en el suelo y agarrando mi cabeza la dirigió hasta su polla, estaba empapada, acababa de hacerme tocar el cielo asique se merecía todas las atenciones, estaba muy dura, y mi boca la masturbaba duramente, su mano apretó mi nuca hasta que la sentí en la garganta, dando inevitablemente una arcada, seguí masturbándola acompasándola con mi mano, su cuerpo te tensó, se paró la polla de mi boca y me pidió que la abriera. Su leche caliente bañó mi boca, mi pecho y salpicó mi cara.





Se acercó y lamió las gotas que tenía en mis mejillas, yo había tragado lo que me había caído en la boca, se acercó al baño trajo papel con el q me limpió y  una crema hidratante, me tumbó en la cama y puso un poco en mis nalgas, la crema estaba fría, algo que se agradecía por el calor de emana de ellas, sus manos lentamente la extendieron, mientras sus labios apresaban los míos.

El teléfono sonó sacándome de mi ensimismamiento, tenía los dedos arrugados, no se cuánto rato llevaba en la bañera, pero el viaje fue tan maravillosa que odié a quien fuere quien había llamado. Lo que estaba claro era que iba a llegar tarde, que le vería y que quien sabe si un día escribiría algo real.

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