Normalmente
cuando nos veíamos nos distanciábamos un poco, habíamos saciado la sed del otro
que teníamos,y pasaba un tiempo hasta que la sed volvía y esa distancia de
nuevo se hacía pequeña, pero esta vez no fue así, apenas acababa de irse y ya
volvía a desear que me hiciera suya.
La última vez
hubo mucha pasión, mucho deseo, pero también hubo mucha conversación, muchas
risas y mucha complicidad, llevaba mucho tiempo siendo mi mejor amante pero poco
a poco a eso debíamos sumarle que nos estábamos convirtiendo en buenos amigos.
Pero no había sido suficiente para calmar las ganas del otro que al menos yo
tenía y al parecer la suya tampoco, era media tarde y recibí un mensaje
"sigo con ganas de vos", era inevitable no sonreír al leerlo, solo él
conseguía que mi cuerpo tuviese vida propia sólo con dos palabras, "mañana
puedo escaparme, dime que tu también puedes" me dijo y yo por supuesto que
podría y sino haría que así fuese.
Le recogí en
el trabajo, subió al coche con su gran sonrisa, su boca me volvía loca, era
verla y no poder evitar abalanzarme sobre esos labios, me besó a modo de
saludo, no no le dije agarrándole del jersey y acercándole a mi, nuestros
cuerpos se conocían y se gustaban, nuestras bocas se entrelazaron y mi mano
acarició su polla por encima del pantalón, se retiró y me dijo " vienes
traviesa no??" "sólo un poco", su polla iba creciendo, y la
excitación de ambos con ella. El trayecto fue entre besos y mordiscos en los
semáforos, caricias que no dejaban que su polla perdiera ni un ápice de su dureza.
Y aunque se nos hizo eterno por fin llegamos a casa.
Abrimos la
puerta y dejamos de contenernos, me empujó contra la pared, estábamos muy
calientes, nuestras bocas se devoraban mientras nuestras manos recorrían
nuestros cuerpos, las camisetas desaparecieron, sus manos sacaron mis tetas del
sujetador, agarraron una de ellas y la dirigió hacia su boca, succionaba mi
pezón que iba creciendo entre sus labios, y me lo ofrecía para que le
acompañase, nuestras lenguas jugaban entre ellas con ese botón duro entre
ellas. Poco a poco íbamos subiendo las escaleras, era como una batalla entre
ambos cuerpos, llegamos al salón, me abrazó por detrás mientras jugaba con mis
tetas y su boca se apoderaba de mi cuello. "voy a hacerte mía" me
dijo al oído. me inclinó sobre el reposabrazos del sofá, subió mi falda, bajo
las medias y sin mediar palabra la metió hasta el fondo de una embestida, un
gemido de placer se escapó de mis labios, sus manos apretaban mis caderas, y
golpeaban mis nalgas, yo miraba a la tele, estaba apagada y nos reflejábamos en
ella, me gustaba vernos, observar como entraba y salía de mi, me gustaba ver
como mis tetas se balanceaban al ritmo de sus caderas.
Nos volvíamos
salvajes, perdíamos el raciocinio, éramos dos animas atrapados entre sus instintos,
entregados al placer del otro, el mundo se paraba solo existían nuestros deseos
y nuestras sensaciones.
Me agarró de
los brazos me levantó y sin sacarla de dentro de mi me acercó al sofá me tumbó
boca a bajo y continuó penetrándome, estaba tumbado sobre mí, con sus manos a
ambos lados de mi cabeza, sus dientes mordían mi nuca, besaban mi cuello, se
acercaban a mi oído donde no paraban de hablar, muchas cosas no las entendía
pero no importaba porque de igual modo me volvían loco, me abrazó incrementó el
ritmo, y apretándome contra él, hizo que ambos nos corriésemos al unísono, que
explotásemos como si fuésemos uno. Ahogamos los gemidos en nuestras bocas,
quedando acurrucados en el sofá sin aliento, con nuestros cuerpos casi inertes
que aún se sacudían en algún espasmo.
Era
increíble, nuestros cuerpos disfrutaban más allá de lo que nosotros podíamos
controlar y nos esperaba una tarde llena de descontrol y sin limitaciones, pero
también de risas y confidencias.
Uffff me encanta como lo describes.... y como disfrutas haciendolo para nosotros....
ResponderEliminarBss muy lentos
Gracias dav si no disfrutasemos unos y otros esto no tendria sentido, besos recibidos ;-)
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